Castillo de Neuschwanstein
Esta pasada Semana Santa me fui de visita a Munich a ver a un amigo que está allí de Erasmus, y ya que fuimos aprovechamos para conocer no solo la ciudad sino también la región de Baviera, y llegar hasta Salzburgo. Hizo un frío de mil demonios y volví mala malísima, pero aun así ha sido uno de los mejores viajes que he hecho nunca.
Por si alguno está pensando en escaparse a esta zona del sur de Alemania aprovechando que Zaragoza estrena en breve conexión directa con Munich (¡bieeeen!), aquí os dejo algunas de las direcciones que más merecen la pena.
Palacio de Nymphenburg, Munich
Qué ver
Munich es una ciudad muy bonita, perfecta para irse a pasar un fin de semana porque tiene el tamaño ideal para que te dé tiempo a verla sin agobios.
A mí lo que más me gustó fue callejear por el centro, por la zona de la Marienplatz, el Viktualienmarkt, la Karlplatz, la Residenz, la Ópera, las calles comerciales... En la Marienplatz, merece la pena subir a la torre de Peterskirche porque se ve toda la ciudad desde lo alto y las vistas son realmente bonitas. Cuando yo subí llovía, por lo que la visibilidad era menor, pero me han dicho que cuando hace sol se ven hasta los Alpes. :) Eso sí, es de las vistas que más miedo me han dado, porque una vez arriba hay muy poco espacio para moverse y no está tan protegido como en la Torre Eiffel, por ejemplo, que de tan protegido con cristales casi no se ve nada... Pero en fin, que merece la pena.
Fuera del centro, hay que pasear por el Englischer Garten, el parque de Munich, y pasar un rato contemplando a los que entrenan haciendo surf (sí, sí, ¡surf!) en una especie de ola que hace el río al entrar al parque mientras tú te congelas fuera.
Y otro monumento que me encantó aunque solo lo vimos por fuera fue el Palacio de Nymphenburg, cuyos jardines me recordaron mucho a los de Versalles. Es enorme (de los palacios más grandes que he visto nunca), y a la entrada hay un lago lleno de cisnes y demás patos a los que puedes ver a apenas un par de metros de distancia.
También os recomiendo ir hasta el Museo de la BMW. A mí los coches ni fú ni fá (pero nada, además), y sin embargo el museo me pareció muy curioso. El edificio es muy chulo y dentro hay muchísimos coches y motos de exposición para hacerte todo tipo de fotos. Además, está en la zona olímpica, por la que también merece la pena darse una vuelta. A mí de esto me impresionó mucho la piscina olímpica (mi amigo ahora va a nadar allí por 15 € al semestre!) y que han reconvertido los bungalows de los deportistas en residencias para estudiantes. Cómo saben estos alemanes...
El schnitzel más grande de la Historia. :)
Dónde comer
Aquí solo os recomendaré un sitio, o mejor dicho EL sitio:
Steinheil 16, en Steinheilstrasse 16, donde preparan el schnitzel más grande de Munich y, según me han dicho, con la mejor relación calidad-precio. Por 10 €, te pones como el kiko de comer schnitzel con patatas fritas y también te incluye una ensalada. Y el sitio no es feo, que siempre es un plus.
Transportes
Si vais en grupo, cogeos un billete de día grupal. Es válido para entre 2 y 5 personas, incluye todos los transportes por el interior de Munich (metro, tranvía, bus) y cuesta menos de 12 €. Nosotros íbamos 5, así que nos salía baratísimo.
No obstante, si, como yo, vais a Munich más de un fin de semana, entonces tenéis que visitar obligatoriamente sitios como Dachau (yo me lo guardo para la próxima vez), el castillo de Neuschwanstein o Salzburgo, ya en Austria. A todos ellos se puede llegar fácilmente en tren y por muy poco dinero. Existe un billete regional llamado Bayern Ticket, que cuesta 36 € para 4 personas y con el que puedes coger todos los trenes que quieras en un mismo día dentro de la región (Salzburgo incluida). ¿Dónde está el truco? Los trenes fallan más que una escopeta de feria. Yo cogí trenes dos días y los dos días tuvimos problemas... Pero bueno, aun así merece la pena porque es muy barato.
Castillo de Neuschwanstein
CASTILLO DE NEUSCHWANSTEIN
El
castillo de Neuschwanstein, que mandó construir el Rey Luis II de Baviera, está a unos 120 km. de Munich... y es el sitio más increíble en el que he estado nunca. En cuanto llegamos, mi hermana y yo dijimos que era el castillo de
La Bella y la Bestia, tanto por la forma como por el bosque que lo rodea. Está, literalmente, en medio de la montaña. De hecho, hay que subir como 30 minutos a pie porque los autobuses no pueden acceder hasta arriba.
Las mejores vistas son desde el puente Marienbridge. Da bastante yuyu cruzarlo (bueno, a mí me lo dio ;), pero yo no paraba de repetirme que
hay que ser valiente y al final pasé al otro lado. Lo mejor que pude hacer. Es una pasada.
Si me llevo algo de este viaje es, sin duda, el castillo de Neuschwanstein.
Salzburgo
Ay, Salzburgo, qué bonita eres.
Estuve en Salzburgo por primera vez hace ocho años y guardaba muy buen recuerdo de la ciudad. Tan elegante, tan sencilla, tan romántica, con los Alpes ahí mismito, con su fortaleza, su río, su Mozart,
su familia Trapp. Aquella vez me quedé sin subir hasta lo alto de la fortaleza, y mis amigos esta vez iban avisados de que subíamos sí o sí. Si vais, tenéis que subir. La
fortaleza, de origen medieval, es un sitio muy curioso, y las vistas desde lo alto son impresionantes.
También hay que callejear por Getreidegasse, la calle más comercial de la ciudad, en la que cada tienda tiene un letrero de hierro forjado a la entrada, tal y como se hacía en la Edad Media. En esta calle está la casa natal de Mozart y justo enfrente hay un restaurante italiano que, sin ser una pasada, os recomiendo porque se come bien y barato (por si a alguien le interesa, se llama Spaghetti & Co).
De todas formas, la recomendación gastronómica con mayúsculas en Salzburgo es el
Agustiner Bräu. Se trata de un convento de agustinos rehabilitado y transformado en gran comedor. En el interior hay una gran sala con muchas mesas corridas de madera, y ahí te sientas conforme llegas. Para comer, cuenta con muchos puestos de diferentes tipos de comida (carne, pescados, embutidos, panadería...) y en otro puesto está la cerveza. ¿Lo mejor? Compartirás mesa con austriacos guapísimos vestidos con trajes regionales. Y tan ricamente, oye.
Otra recomendación culinaria es que os toméis un trozo de tarta Sacher y un café vienés en la cafetería del
Hotel Sacher, justo en la orilla del río. Os costará lo mismo que comer en el Agustiner Bräu, pero la experiencia merece la pena.
Tarta Sacher y café vienés en el Hotel Sacher de Salzburgo. ;)
¿Habéis estado por esta zona? ¿Qué viajes os han impactado más? ¿Me recomendáis algún sitio?
PD 1. En tema de alojamiento poco os puedo recomendar, porque nosotros nos quedamos en modo piso patera en la residencia de mi amigo (eso que nos ahorramos ;).
PD 2. Si habéis llegado a leer hasta aquí, ¡mi enhorabuena!