Soy muy de dar explicaciones. Demasiadas a veces. Supongo que necesito justificar las cosas que hago, sobre todo aquellas que pienso que a lo mejor no deberían hacerse así.
Sin embargo, aquí aún no había dado ninguna explicación de por qué dejé de publicar
crónicas de pasarelas,
resúmenes de noticias o análisis de
tendencias. En resumen,
no os había explicado por qué el blog ha ido cambiando poco a poco hasta convertirse en lo que es hoy. Y precisamente hoy, aprovechando que IFWY estrena imagen, será ese día.
Empecemos por el principio
Comencé a leer blogs de moda en septiembre de 2009, más o menos, y en seguida me entró el gusanillo por empezar el mío propio. Sin embargo, no fue hasta marzo de 2010 cuando nació In fashion with you como parte del trabajo de una asignatura de la carrera. Por si alguno aún no lo sabe, yo estudié Periodismo, así que os podéis imaginar que en ese momento lo que se me exigió fue que el blog fuera bastante periodístico, es decir, que tuviera contenidos de calidad, fuentes contrastadas, buenas imágenes, enlaces, que mantuviera una cierta objetividad...
El blog cumplió con creces las expectativas, y a mí me fue gustando cada vez más esto de escribir un blog. Por eso, aunque la asignatura terminó, yo decidí continuar con él. Se junto también que en esa época acababa de terminar una beca de seis meses en una agencia de noticias que me había dejado exhausta, con cero creatividad (si alguno ha trabajado en una agencia de noticias sabe de lo que hablo) y con muchas ganas de emprender algo que me llenara. Y el blog parecía la solución perfecta.
Por supuesto, no fue así.
Sobre el resentimiento
Los meses pasaban y ninguna directora de revista se ponía en contacto conmigo, ni siquiera las marcas me enviaban sus productos para que los probara. Yo no entendía nada. ¿Qué estaba haciendo mal?¿Por qué otras chicas, escribiendo peor, hablando de tonterías y fotografiándose con looks que en muchas ocasiones eran bastante feos, triunfaban y yo no?
Todo ello me llevó a redactar uno de los posts que más éxito ha tenido de la historia del blog por el número de comentarios recibidos:
5 razones por las que nunca triunfaré como blogger de moda. En aquel momento, mi intención era más bien irónica, lo escribí para que nos riéramos todos un rato. Sin embargo,
hace ya un tiempo que soy consciente de que lo escribí por resentimiento. Eran ya dos años de mucho trabajo y de unas estadísticas que no terminaban de subir. Estaba dolida por no haber recibido el mismo trato de favor que otros blogueros, pero sobre todo estaba resentida con ellos, con los blogueros de éxito a quienes seguía, porque ni aun habiendo empezado el blog hacía tiempo se habían dignado incluirme en su círculo
guay (sobre este tema profundicé, esta vez sí con la única intención de pasarlo bien, en
este otro post).
Además, cada vez me costaba más encontrar temas sobre los que publicar, ya que realmente no me sentía identificada con el tono del blog.
Era el inicio del fin de mi inspiración.
Seguidores de alta costura
Llegados a este punto, pensaréis: ¿por qué seguiste con el blog? Repito lo que ya he dicho antes: porque disfrutaba escribiéndolo. Siempre me ha gustado escribir, y el blog me permitía hacerlo a diario si quería.
Pero entonces cobró fuerza otra razón: mis lectores. Después de todos los comentarios recibidos en el rebautizado como post del resentimiento, me di cuenta de que
mis seguidores eran alta costura y de que
solo por ellos merecía la pena continuar.
Y ahí que seguí.
Año de cambios... y de dejadez
El curso 2012-2013 trajo consigo unos cuantos cambios. Dejé mi trabajo en la que mientras vivió fue
la mejor revista del mundo mundial para hacer un máster de educación, o sea nada que ver con lo mío. Sobre esto no voy a dar explicaciones porque son bastante obvias: el periodismo está como está y vivimos la crisis que vivimos. Muchos lo sabréis bastante mejor que yo, que dentro de lo que cabe he tenido suerte.
El caso es que
el máster me absorbió completamente. La carga de trabajo era muy elevada, y si a eso le sumamos que empecé una segunda carrera, apaga y vámonos.
No tenía tiempo casi ni para respirar, y el blog no me motivaba lo suficiente como para malgastar en él horas de sueño o de pasar tiempo con la gente que me importaba. Eso sí, cuando publicaba lo hacía porque realmente tenía contenidos interesantes, y de hecho de esa época salieron posts como el de
los 10 tableros de Pinterest o el de
los detalles más frikis de la primavera de 2013.
Empezaba a ser consciente de que la clave para no abandonar algo es conseguir que te entusiasme de verdad.
Begin Again
Cuando parecía que esto había muerto definitivamente,
un verano de estudiante me hizo cambiar de opinión y me devolvió las ganas y la ilusión por publicar. Esto ocurrió hace ahora un año, pero las ganas y la ilusión que experimenté entonces sigo teniéndolas ahora.
Desde septiembre del año pasado
los contenidos del blog empezaron a cambiar. Más que nada,
lo que cambió fue mi tono a la hora de redactar los posts. Dejé de lado mi vena más periodística para ceder espacio a la persona que está detrás de esto:
yo. Y, sobre todo, expandí mis horizontes más allá de la moda e incorporé contenidos más variados (de esos meses son el
post sobre desayunos, el de
50 cosas sobre mí o el de
cosas que he hecho después de verlas en televisión).
Y luego llegaron ellas.
Nuevas fuentes de inspiración
Joanna,
Taza,
Bleubird,
Cristina,
Marina,
Lara, las chicas de
Hello! Creatividad (y muchas otras que me dejo). Todas ellas
se colaron furtivamente en la pantalla de mi ordenador y me enseñaron que otra forma de bloguear era posible. Que se podía hablar de moda, tendencias o lifestyle siendo fiel a ti misma, aportando tu toque personal y, sobre todo, cuidando la expresión, lo que yo más valoraba.
Y decidí que In fashion with you también sería así.
Sería un espacio en el que desahogarme, en el que compartir mi día a día desde un punto de vista positivo, en el que mostraros todas esas cosas que me apasionan y que, por miedo al que dirán, nunca había dejado ver. Hablaría de moda, sí (me sigue gustando ;), pero de otra manera. Nada de popurrís de noticias que podían consultarse cada viernes en Vogue ni de resúmenes de pasarelas que no interesaban a nadie (muchas veces ni siquiera a mí). A partir de entonces, aquí solo aparecerían cosas que me gustasen de verdad y siempre bajo un enfoque personal.
Se acabó el intentar "ser periodista" para conseguir un trabajo. El blog sería mi proyecto y en él hablaría de lo que me diera la gana y como me diera la gana.
Y, sobre todo, lo haría por y para mí. Para mi disfrute personal.
Sobre el perdón
Desde que me tomo el blog con esa filosofía, lo hago mil veces más a gusto. Nunca me quedo sin ideas y no me cuesta sentarme delante del ordenador a escribir. Y, sobre todo, soy consciente de lo tonta que fui por disgustarme de esa manera. Ahora todo eso está superado, y el hecho de haber "perdonado" de alguna manera me ha motivado para coger el blog con más ganas y plantearme incluso llevarlo a otro nivel, invirtiendo dinero en formación y diseño y mucho tiempo en la creación de contenidos.
Además, mi gente, esa a la que de verdad le importo (en la vida real, me refiero), lleva ya un tiempo felicitándome por el nuevo rumbo que ha seguido el blog. Y, como os imaginaréis, no hay mayor satisfacción que esa.
Por eso hoy os doy estas explicaciones, porque siento que los que me seguís desde el principio (que los hay),
merecíais saber por qué IFWY ya no es lo que era hace cuatro años, ni siquiera hace dos. No me arrepiento de nada de lo que hice, pero tenéis que saber que todos esos contenidos no volverán.
En todo este tiempo, yo he cambiado. Esencialmente soy la misma, pero a la Marta que inició el blog en abril de 2010 la separan de la Marta de ahora
cuatro meses viviendo en Lyon con una beca Erasmus, una graduación, varios trabajos diferentes, un máster, una nueva carrera, un año de viajes de ida y vuelta en autobús y muchos
libros de esos que dejan huella.
"Creo que los blogs, cuando son sinceros, evolucionan con uno"
Eso es lo que ha pasado con el mío, que ha evolucionado a la vez que yo.
Lo que encontraréis ahora
Básicamente encontraréis lo mismo que antes de irme de vacaciones (¡¿en serio?! ¡¿todo este tocho para terminar así?!), pero yo me siento mejor después de haber explicado el porqué. De hecho, redactar este post ha sido tremendamente terapéutico, más o menos como diez sesiones de psicoanálisis convalidadas por un texto de 1800 palabras. He aclarado mis ideas y me he liberado de una carga emocional que ya pesaba demasiado.
Para que esté todo más claro,
he creado cinco categorías principales: Moda, Lifestyle, Reflexiones, Miscelánea (para dar cabida a todo aquello de lo que me apetezca hablar) y
Zaragoza (porque
mi ciudad se merece más atención de la que le he dedicado hasta la fecha).
En cuanto al
nuevo diseño, la
cabecera es obra de los chicos de
Quotas Bam Bam, una agencia de publicidad de Zaragoza que mola todo y más. Muchísimas gracias a todos, pero muy especialmente a Idoia, por aguantarme, y a
Jara, la diseñadora gráfica. Gracias, gracias, gracias. :)
Y a vosotros,
muchísimas gracias también por seguir al otro lado de la pantalla. Si habéis llegado hasta aquí es porque realmente
sois alta costura.
Un abrazo muy fuerte a todos,